Para las vacunas de una dosis, entre dos y tres semanas después de la aplicación ya hay una respuesta suficientemente buena como para considerarse protegido. Después de los 28 días, la respuesta ya sería máxima y la persona ya está protegida.
En el caso de las vacunas de dos dosis, hay una primera protección dos semanas después de la primera dosis que se va a mantener por un tiempo; si no ocurre la segunda dosis, seguramente la protección se reduciría después de unos meses.
A las dos semanas de la segunda dosis se alcanza prácticamente al nivel máximo de la respuesta, que es cuando podemos considerar que la persona ya está protegida.