Las vacunas COVID-19 autorizadas en los Estados Unidos son altamente efectivas para prevenir enfermedades graves y la muerte, incluso contra la variante Delta. Pero no son 100% efectivas y algunas personas completamente vacunadas se infectarán (lo que se denomina infección progresiva) y experimentarán la enfermedad. Aun en ese caso, la vacuna les brinda una fuerte protección contra enfermedades graves y la muerte.