La vacuna se compone de un antígeno, que es una sustancia que se obtiene de un virus o una bacteria. Puede ser una forma muerta o debilitada o un fragmento que prepara a nuestro organismo para producir anticuerpos que nos protejan contra una determinada enfermedad en el futuro.
• Adyuvantes: Ayudan a incrementar la respuesta de nuestras defensas y, así, facilitan la acción de las vacunas.
• Conservantes: Garantizan que la vacuna mantiene su eficacia.
• Estabilizantes: Protegen la vacuna durante su transporte y almacenamiento.