Los ministros han decretado que todo el personal de residencias de ancianos en Inglaterra debe estar vacunado contra Covid-19 antes del 11 de noviembre. Sin embargo, el gobierno estima que alrededor del 7% de las 570.000 personas empleadas en hogares de ancianos ingleses rechazarán la vacuna. Eso representa a unos 40.000 empleados que ya no podrán trabajar en ellos ni atender a los ancianos.
El sindicato Unison dice que los ministros están conduciendo al país hacia un desastre de asistencia social y ha instado a que se revoque esta regla.
Publicado originalmente en The Guardian