Los asesores de vacunas del Reino Unido se negaron el viernes a recomendar la vacunación de adolescentes sanos (12-15 años) contra el COVID-19, diciendo que los beneficios directos para la salud son “marginales”. Sin embargo, el gobierno británico dijo que podría unirse para ofrecer vacunas a otros países, después de evaluar sus problemas sociales.
En contraste, el comité asesor propone ofrecer la vacuna al grupo de adolescentes con problemas de salud crónicos tales como: enfermedades cardíacas, pulmonares, renales, hepáticas y neurológicas. Esto significa que se invitará a unos 200.000 menores de edad más, a recibir las vacunas Pfizer o Moderna.
Publicado originalmente en The Washington Post