La aceptación de vacunas en los países del sur de Europa es cercana al 80%, pero las dudas han obstaculizado el despliegue en Europa central y oriental y Rusia, lo que ha provocado brotes que podrían colapsar la atención médica.
Virólogos y expertos en salud pública dijeron a Reuters que la culpable sea probablemente una combinación de baja vacunación en algunas partes, la disminución de la inmunidad entre los inoculados temprano y la complacencia con las mascarillas y el distanciamiento a medida que los gobiernos relajaron las restricciones durante el verano boreal.
“La verdadera urgencia es ampliar el grupo de personas vacunadas tanto como sea posible”, dijo Carlo Federico Perno, jefe de diagnóstico de microbiología e inmunología del Hospital Bambino Gesù de Roma.
Publicado originalmente en El Economista