El resurgimiento de COVID-19 este verano y el debate nacional sobre los requisitos de vacunas han creado una situación tensa para los primeros en responder de los Estados Unidos, que están muriendo en mayor número pero rechazando los mandatos.
Los mandatos afectan a decenas de miles de policías, bomberos y otras personas en las líneas del frente en todo el país, muchos de los cuales rechazan la vacuna. A pesar de las muertes, los agentes de policía y otros socorristas se encuentran entre los que más dudan en vacunarse y sus casos siguen aumentando.
Publicado originalmente en The Washington Post