El presidente Biden dejó en claro anoche que perdió la paciencia con los estadounidenses que rechazan una vacuna gratuita y eficaz contra un virus que se ha cobrado más de 654.000 vidas en Estados Unidos hasta ahora.
Una encuesta reporta que la mayoría de los estadounidenses están a favor de exigir que las personas se vacunen para ir al trabajo, comer en restaurantes, asistir a grandes eventos públicos, alojarse en un hotel o viajar en avión.
Otra encuesta mostró que más de la mitad de los estadounidenses apoyan a las empresas que requieren que los empleados que llegan al trabajo estén vacunados.
Publicado originalmente en The Washington Post