Durante el período en que la variante Delta era dominante en Estados Unidos, la eficacia de la vacuna para prevenir la hospitalización por Covid-19 en el país fue del 90% entre 14 y 179 días después de la segunda dosis, cayó al 81% más de 180 días después de la segunda dosis, y aumentó al 94% 14 días o más después de la tercera dosis.
Después de que Ómicron se volviera la cepa dominante, la estimación de la eficacia de la vacuna frente a la hospitalización entre 14 y 179 días después de la dosis dos fue del 81%, del 57% después de más de 180 días desde la segunda dosis, y del 90% 14 o más días después de la tercera.
Publicado originalmente en El Economista